La ciencia es una facultad del hombre que le permite encontrar explicaciones a los fenómenos estudiados y respuestas a las interrogantes planteadas sobre acontecimientos determinados, mediante un conjunto de ideas que pueden ser provisionales, pues con la actividad de búsqueda continua y el esfuerzo de hombres y mujeres, estas explicaciones pueden variar y constituir un nuevo conocimiento.
Por medio de un método científico, la ciencia puede reunir sus conocimientos establecidos, éste no es más que un camino o medio organizado para llegar a un objetivo determinado. Consiste en la observación, el planteamiento de problema, la recolección de datos, la formulación de hipótesis, la experimentación, el análisis de resultados y la divulgación.
El conocimiento de la naturaleza logrado mediante el método científico, así como la investigación que lo hace posible, se conoce como ciencia pura (matemáticas, física, química, biología, etc.). Hay otros científicos que trabajan en la investigación dirigida a obtener aplicaciones prácticas de los resultados obtenidos por la ciencia pura, lo cual constituye la ciencia aplicada (agricultura, ingeniería, aeronáutica, medicina, etc.).
La clasificación de la ciencia se basa en dos grupos principales: la ciencia formal y ciencia fáctica o factual; la primera es la que se establece en el razonamiento lógico y trabaja con objetos ideales, su método de trabajo es la deducción, entre ella están la lógica y las matemáticas. La segunda, es aquella que en su investigación actúa sobre la realidad, su método es la observación y la experimentación, aunque también la deducción. Sus mayores representantes son: la ciencia natural (física, química, biología) y la ciencia social o cultural(psicología social, sociología, economía, ciencia política).
Clasificación de las ciencias
Hasta el Renacimiento todo el saber que no fuera técnico o artístico se situaba en el ámbito de la filosofía. El conocimiento de la naturaleza era sobre la totalidad: una ciencia universal. Aristóteles usó los términos episteme y philosophia para clasificar las ciencias, pero con un significado y contenido muy diferente al de «ciencia» en la Modernidad.3 Las primeras clasificaciones se remontan a Aristóteles,4 que considera tres categorías del saber:
Teoría, que busca la verdad de las ideas, como formas y como sustancias. Este saber está constituido por las ciencias cuyo conocimiento está basado en el saber por el saber: Matemáticas, Física y Metafísica.
Praxis o saber práctico encaminado al logro de un saber para guiar la conducta hacia una acción propiamente humana en cuanto racional: lo formaban la Ética, la Política, la Económica y la Retórica.
Poiesis o saber creador, saber poético, basado en la transformación técnica. Lo que hoy día se englobaría en la creación artística, artesanía y la producción de bienes materiales.
La clasificación aristotélica sirvió de fundamento para todas las clasificaciones que se hicieron en la Edad Mediaa hasta el Renacimiento, cuando las grandes transformaciones promovidas por los grandes adelantos técnicosb plantearon la necesidad de nuevas ciencias y sobre todo nuevos métodos de investigación que culminarán en la ciencia moderna del siglo XVII. Entonces aparece un concepto moderno de clasificación que supone la definitiva separación entre ciencia y filosofía.
En la Edad Moderna Tommaso Campanella, Comenio, Bacon, Hobbes y John Locke propusieron diferentes clasificaciones.3 El Systema Naturae (1735) de Linneo, estableció los criterios de clasificación que más influencia han tenido en el complejo sistema clasificatorio de las ciencias naturales.3 André-Marie Ampère confeccionó una tabla con quinientas doce ciencias.
Influencia en la sociedad
Dado el carácter universal de la ciencia, su influencia se extiende a todos los campos de la sociedad, desde el desarrollo tecnológico a los modernos problemas de tipo jurídico relacionados con campos de la medicina o la genética. En ocasiones la investigación científica permite abordar temas de gran calado social como el Proyecto Genoma Humano y grandes implicaciones éticas como el desarrollo del armamento nuclear, la clonación, la eutanasia y el uso de las células madre.
Asimismo, la investigación científica moderna requiere en ocasiones importantes inversiones en grandes instalaciones como grandes aceleradores de partículas (CERN), la exploración espacial o la investigación de la fusión nuclear en proyectos como ITER.
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